Dejé el miedo y rompí mis esquemas, estuve confundida un tiempo pero acepté que lo estaba, lloré, me frustré por no saber inmediatamente la respuesta y tener la claridad suficiente para tomar una decisión; la decisión de Amar y dejarme Amar, miré hacia adentro como yo lo hubiera aconsejado a cualquier otra persona, razones sobraban para primero evadir y luego negar un sentimiento. Un sentimiento que nació de tantas horas compartidas con charlas interminables, tus historias, las mías; acompañadas siempre de un buen vino o un delicioso mezcal, bebidas que a nosotros no nos embriagan sino que nos conectan más por el deleite que encontramos en su sabor; una y otra y otra mesa compartida, nuestro amor por la gastronomía, nuestras ofrendas entendidas en cada comida hecha y degustada, la complicidad que surgió de mirarte a los ojos y contarte mis miedos, aunque ya los habías adivinado, sin juzgar me diste todos los motivos por los cuales podían ser eliminados y me sentí protegida y valiente, la valentía que me hizo mirarte de nuevo y aceptar que te amaba y que te esperaba, la aceptación que llega cuando ya no hay miedo a arriesgarte de nuevo emocionalmente, me quedé sentada en silencio hasta que lo supe, sentí la certeza de que al ver tu sonrisa vendrían las palabras por si solas, sabría que decir entonces...y entonces, pasó!; no hicieron falta las palabras, había certeza en nuestras miradas, la confianza mutua existía y el cariño ya había permeado nuestras almas, la atracción era evidente, no faltaba nada... solo fluir en nuestro viaje juntos.
Yo también he aprendido que Dios suele dar regalos en medida justa y en tiempos perfectos y éste regalo amor; lleva tu nombre…
Yo también he aprendido que Dios suele dar regalos en medida justa y en tiempos perfectos y éste regalo amor; lleva tu nombre…
Continuará... -seguro que sí! siempre continúa-
No hay comentarios:
Publicar un comentario