Un inicio de año siempre renueva las energías y no hay más que estar dispuesto a recibir y aceptar ese flujo de energía que nutre nuestra ganas de vivir de una manera libre y feliz.
Mi percepción ahora es que no hay años malos, hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo pero malos no son, lo que es un hecho, es que hay que hacer el esfuerzo por comprender de una manera más profunda cada experiencia vivida, ocupar la creatividad y sacar el mayor provecho de todo.
Creo que la forma en que deberíamos evaluar un año, tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, haber desafiado nuestro ego y nuestros apegos.
Por eso no deberíamos temer al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje. (aclaro que, no porque yo lo escriba lo haya superado).
Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, cómo nos enganchamos con las cosas que no queremos, y eso depende sólo del cultivo de la voluntad, si no me gusta la vida que tengo, debería desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poderlo hacer.
Si se trabaja sobre las premisas de que a la vida venimos sólo para tres cosas, aprender a Amar, dejar huella y Ser Felices entonces será más fácil saber siempre cuál decisión tomar en cada circunstancia, aquella en la que amándome refleje amor hacia los demás, aquella que sea para ayudar a trascender cualquier temor y contribuya a un bienestar en el entorno, aquella que per se genere Felicidad. Si logramos trabajar en esos puntos habremos decretado el ser felicies, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre ser feliz o no, es la Actitud con la que enfrentamos a los problemas, en enfrentar lo que nos toca y en cómo decidamos aprender las lecciones que nos pone la vida.
Solo un Objetivo para el 2015, ¡DECIDAMOS SER FELICES! -y los que vengan...-
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